¿Cómo volver a mi running de rutina luego de haber tenido gripe?
Los cambios de clima son una de las principales razones por las cuales los deportistas se enferman y deben suspender el entrenamiento, sobre todo si es al aire libre. En el caso de que tu running de rutina se vea interferido por la gripe, seguro te preguntarás cuándo puedes volver a correr. En este artículo te lo contaremos.
¿Se puede hacer running con gripe?
Antes que nada, contestaremos a esta pregunta que muchos runners se hacen cuando comienzan los cambios de clima y, con ellos, las enfermedades virales. Tanto la gripe como el resfriado son dos patologías bastante temidas por los deportistas en invierno, principalmente si su actividad física se desarrolla al aire libre.
Desde luego, lo mejor que podemos hacer es evitar enfermarnos; para ello, se recomienda abrigarse lo suficiente e ir quitándose la ropa “por capas”. Apenas se termina el entrenamiento, incluso con el cuerpo caliente, hay que abrigarse otra vez y no dejar pasar mucho tiempo hasta darse un buen baño.
Si cumplimos con esto, será menos probable que nos enfermemos, ya que además el running —entre otros ejercicios—refuerza el sistema inmunitario y nos hace más fuertes contra la gripe.
Ahora bien, si me he pescado un resfriado, ¿puedo salir a correr igual? Todo dependerá de cómo te sientas. En los primeros días, puede ser beneficioso oxigenar los pulmones y eliminar cualquier obstáculo de las vías respiratorias a través del ejercicio.
Pero atención, porque eso no quiere decir que puedes correr una maratón, sino que tendrás que reducir la intensidad del ejercicio, y también su duración. Además, te aconsejamos que solo hagas running cuando las temperaturas sean agradables; es decir, en las horas del mediodía si es invierno.
A veces, mejor cuidarse
Sin embargo, cuando tienes fiebre, escalofríos o dolor corporal generalizado, es recomendable no realizar ninguna actividad, incluso la más relajada que exista. Es fundamental guardar reposo por uno o dos días hasta sentirnos mejor en esos casos.
A menudo vemos a los atletas profesionales actuar de manera irresponsable y hacer ejercicio estando enfermos. Eso no es recomendable ni siquiera cuando somos amateurs o principiantes. Siempre tienes que oír a tu cuerpo y analizar si está en condiciones de llevar a cabo un esfuerzo tan grande.
Ya me curé de la gripe: ¿Puedo hacer mi running de rutina?
La temporada de gripe estacional comienza a mediados de otoño y continúa hasta llegada la primavera, con picos de casos en pleno invierno. Esta enfermedad fácilmente transmisible aumenta en los días de frío, humedad y nieve; si bien se cree que solo está en los espacios cerrados, también puede encontrarse al aire libre.
Aunque se trate de un resfriado leve o de una gripe sin fiebre, sí o sí debes hacer un alto en tu rutina y descansar durante por lo menos dos días para poder recuperarte.
Según se indica, el período que debe pasar para tener la capacidad de hacer running como antes es de una semana. Para ese entonces, el cuerpo ya debería haber aniquilado a los virus y estaría en condiciones de retomar la actividad.
Sin embargo, debes ser cauto, porque durante los primeros días de entrenamiento no tendrás aún la fuerza y la resistencia suficiente como para cumplir con tus marcas o con tus sesiones habituales.
Aumenta los esfuerzos progresivamente
Debes darle tiempo al organismo para que se recupere y “tome ritmo” otra vez. Eso quiere decir que puedes retomar la actividad siempre y cuando esta sea moderada.
Además, si el primer día después de la gripe pretendes romper un récord o recuperar todas las jornadas perdidas, es probable que termines de nuevo en cama con una recaída. Una rutina de ejercicios liviana fortalecerá poco a poco tu sistema inmunitario y podrás eliminar así la mucosidad de las vías respiratorias en menos tiempo.
Ten en cuenta también en qué momento del día sales a hacer running tras un resfriado o gripe. Lo mejor sería elegir aquellas horas cálidas y nunca hacerlo si está lloviendo o nevando. En cuanto a la ropa, te recomendamos que te protejas muy bien del frío con varias capas de prendas, un gorro en la cabeza y guantes en las manos. Si es necesario, ponte dos pares de calcetines.
Finalmente, no te olvides de llevar una alimentación equilibrada y saludable todos los días. El ajo, la cebolla y el limón no pueden faltar en tus comidas. Por supuesto, hidratarte correctamente también es fundamental.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- A.K., J., F.A., B., & K.E., S. (2004). How to flee the flu. Clinical Immunology. https://doi.org/10.1016/j.aap.2015.03.040
- Marès, J., Rodrigo, C., Moreno-Pérez, D., Cilleruelo, M. J., Barrio, F., Buñuel, J. C., … Hernández-Sampelayo, T. (2010). Recomendaciones sobre el tratamiento de la gripe en Pediatría (2009-2010). Anales de Pediatria, 72(2). https://doi.org/10.1016/j.anpedi.2009.12.001