Desmayo durante el ejercicio: ¿por qué se produce?
El desmayo durante el ejercicio es una situación que genera inquietud. El deportista que se desmaya y quienes lo observan de inmediato suponen que es una causa grave la que se encuentra detrás. Por suerte, la mayoría de los desmayos se originan en causas que tienen solución rápida y que no representan riesgo vital.
De todas maneras, el fantasma de la muerte súbita en el deporte es ineludible y debe considerarse. La situación se hace más dramática porque, en general, estamos ante individuos jóvenes que gozan de una buena salud, según se infiere. Y si el caso se registra en niveles profesionales de práctica, también se asume que hay controles médicos detrás.
Si comparamos la incidencia del desmayo en la población general y entre deportistas, veremos que la diferencia es a favor del deporte. Mientras se calcula que hasta el 40 % de las personas sufren un síncope alguna vez en su vida, cuando lo reducimos al universo de los deportistas, esta cifra baja al 6 %.
Hablamos de síncope porque es el término médico más adecuado para el desmayo, suceda donde suceda. Un síncope es una pérdida de conciencia por menor llegada de sangre al cerebro. La recuperación suele ser espontánea y rápida.
Causas de desmayo durante el ejercicio
Como bien adelantamos, el desmayo durante el ejercicio se suele originar en causas benignas. Para el deportista hay que considerar situaciones particulares que tienen que ver con su estilo de vida y su entrenamiento. Veamos algunas de ellas.
Bajada de azúcar
La hipoglucemia, que es el término médico para el descenso de los niveles de azúcar en el cuerpo, es una posibilidad en los deportes. El azúcar para las células se obtiene de la glucosa, adquirida a través de los alimentos y las bebidas.
Al practicar deporte se le exige a la sangre que aporte más cantidad de glucosa que la habitual, y si no está disponible la sustancia, entonces fallan algunos sistemas. El resultado puede ser un desmayo durante el ejercicio.
Estar deshidratado
Así como el cuerpo necesita azúcar para funcionar deportivamente, también requiere una buena dotación de líquidos. Las pérdidas que se originan por la transpiración y la respiración acelerada deben reponerse.
La falta de líquidos afecta los valores de presión arterial. Si hay deshidratación y estamos practicando un deporte, la presión tenderá a caer porque las arterias no soportarán el flujo que deben mantener de sangre. Esa sangre que no llega al cerebro en cantidad adecuada se manifiesta como desmayo.
Dentro de la hidratación tenemos que considerar también los electrolitos, como son el sodio, el potasio y el cloro. Estas son las sustancias que se encuentran en suspensión dentro del plasma sanguíneo y participan activamente en la presión arterial. Las bebidas energéticas son una buena opción para su reposición.
Levantar pesos excesivos
El desmayo durante el ejercicio de fuerza está originado por la maniobra de Valsalva. Esto sucede cuando contenemos la respiración por un tiempo prolongado, con lo que se aumenta la presión dentro del abdomen.
En el levantamiento de pesas, esto es parte de la técnica para concretar la elevación del peso. Si la persona no se encuentra muy entrenada o realiza la retención de aire de forma incorrecta, se interrumpirá el flujo de sangre al cerebro y aparecerán mareos, con el consiguiente desmayo.
Malas técnicas respiratorias
De la mano de la maniobra de Valsalva, podemos mencionar las malas respiraciones como origen del desmayo durante el ejercicio. En los deportes de resistencia que implican correr, el problema puede ser un intercambio gaseoso excesivo.
La respiración rápida no permite que se sostenga la entrada adecuada de oxígeno, y el cerebro se resiente ante ese escenario. Algunas funciones neuronales se apagan y esto termina en un desmayo, el cual recompone la situación, porque la respiración se regulariza.
¿Qué hacer para prevenir el desmayo durante el ejercicio?
Pueden tomarse una serie de medidas básicas para prevenir el desmayo durante el ejercicio. A veces es posible considerar todas estas pautas, y en otros casos será difícil, pero se deben buscar alternativas que protejan la circulación sanguínea.
El primer punto es la hidratación. El deportista debe asegurarse la provisión de líquidos y de sales para no deshidratarse. Esto se complementa con una dieta balanceada que acompañe los entrenamientos y provea buenas fuentes de electrolitos.
Los climas extremos para el deporte son un factor de riesgo para los desmayos. Justamente, hay deportes que se practican en esas condiciones porque el atleta desea probarse allí. En esos casos, se deberán ultimar otras precauciones más específicas para evitar la hipotermia o el golpe de calor.
Cuando hay en la meta un evento puntual que exigirá mucho al organismo, el entrenamiento previo es clave. En el escenario ideal, el deportista debería estar una semana antes en el mismo ambiente que se realizará la competencia para aclimatar su cuerpo. O al menos, deberá emular las condiciones para disminuir el choque.
Conclusión
Tomando estas simples medidas, el riesgo de desmayo durante el ejercicio se reduce. No debemos olvidar, aparte, que las revisiones médicas periódicas añaden un elemento más de protección para el cuerpo del deportista.
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